lunes, 14 de marzo de 2011

URGENTE: Una Agenda Laboral para más trabajo y mayor productividad

Nicolás Monckeberg, Diputado RN
Ernesto Silva, Diputado UDI
El año 2011 será un año central del primer gobierno de la Coalición por el Cambio. Después de la instalación y de enfrentar un terremoto devastador, y antes de dos años eleccionarios, este 2011 nos encuentra en un momento oportuno para promover cambios profundos que permitan que el país avance más rápido hacia la superación de la pobreza extrema y a generar condiciones para mayor desarrollo.
En este contexto, se requiere con urgencia una agenda laboral potente que permita generar fundamentos sólidos para un mercado laboral dinámico, justo y productivo.
1. El diagnóstico sigue vigente. Durante muchos años como oposición, criticamos que la Concertación lo hacía mal en materia laboral. De hecho, hace años que echamos de menos una política clara para asumir los efectos que la globalización ha traído a trabajadores y empresarios en sus relaciones. Se ha hablado mucho de las reformas laborales de los últimos gobiernos y su supuesto impacto en la estabilidad del empleo y el aumento salarial. Sin embargo, hoy día los porfiados resultados indican que las relaciones laborales no han cambiado y arrastran los mismos problemas de años: el promedio de duración de los contratos indefinidos es inferior a un año, hay falta de sindicalización y negociación colectiva, incumplimiento de derechos individuales como jornada de trabajo y descansos e ineficiencia de las indemnizaciones por despido.
El diagnóstico crítico sobre el mercado del trabajo que nos motivó por años a llegar al gobierno sigue vigente: la visión de la OECD, el trabajo de los Grupos Tantauco, Bicentenario y otros, han sido consistentes en señalar que se requiere avanzar en cambios relevantes en el mercado del trabajo. No tenemos un mercado del trabajo dinámico y justo.
Lo grave de esta inmovilidad, es que se transforma en una camisa de fuerza contra una mayor productividad de la economia, erosionando fuertemente las bases del sistema productivo, por carecer del desarrollo laboral que requiere el país para competir. No permite construir alianzas entre trabajadores y empleadores, porque las normas aplicables a dichos acuerdos son lo suficientemente rígidas como para sepultar cualquier voluntad de acuerdo, por ejemplo, a la hora de pactar una jornada de trabajo en una pequeña o mediana empresa. También, de paso, se erosiona el tejido social, puesto que esta rigidez, implica las más de las veces un acuerdo conveniente entre las partes para saltar la norma, deslegitimando el origen democrático de su aprobación. ¡Cuántas veces escuchamos la crítica de que las normas que hacen “estos señores” no recogen la realidad laboral...!.


2. Los principales problemas. Una agenda laboral puede ser infinita en desafíos, Sin embargo, se requiere enfocarse en los problemas fundamentales. A nuestro juicio, son los siguientes: (a) Aún trabajan menos personas de las que debieran. Si bien el 2010 fue muy positivo en el aumento de la fuerza del trabajo y en la creación de puestos de trabajo, aún nos queda mucho por avanzar y la rigidez de las regulaciones dificulta la creación de más trabajos y el dinamismo del mercado. (b) Baja participación de la mujer y de los jóvenes (especialmente los más pobres): la participación laboral de la mujer sigue en niveles cercanos al 40% y se requiere avanzar más rápido en generar condiciones de flexibilidad y adaptabildad que permitan especialmente que las mujeres de hogares más vulnerables tengan oportunidades y condiciones para acceder a puestos de trabajo y compatibilizarlo con su rol de madres y en muchos casos de jefas de hogar. Igual situación sucede con los jóvenes de los quintiles más pobres. (c) Cae la productividad: durante los cuatro años del gobierno de Bachelet la productividad disminuyó 1,6% promedio. Eso no puede ser, se requiere generar condiciones para mayor (y no menor) productividad y rendimiento del trabajo. (d) Aún existen barreras y desincentivos importantes para la contratación: la rigidez de las indemnizaciones por años de servicio, entre otras materias, dificulta la movilidad y dinamismo al momento de generar nuevos empleos. (e) Poca y mala sindicaliación: nuestro país presenta bajos índices de sindicalización y poca profundidad de sus sindicatos. Existe una oportunidad para trabajar en conjunto con los trabajadores y sus representantes en la generación de un esquema sindical moderno y constructivo.
3. Ya estamos avanzando bien pero se requiere un impulso adicional. El año 2010 fue un año de buenas noticias laborales, producto del buen desempeño de la economía y de buenas decisiones del gobierno. En efecto, hay que destacar la creación de 476.000 puestos de trabajo en un año, el aumento en la fuerza del trabajo, la creación de muchos trabajos asalariados, etc. Asimismo, la implementación de iniciativas como la Bolsa Nacional de Empleo y los bonos de capacitación laboral –donde es el trabajador quien elige- son muy buenas medidas y se hacen cargo de necesidades y problemas concretos.
Pero se requiere avanzar más y en cambios profundos. El país no contará siempre con un impulso potente de la actividad económica, o con la demanda propia de una recuperación posterior al terremoto. Por ello, es necesario hacer cambios en materias centrales.
4. Cinco prioridades en una agenda laboral pro empleo y productividad. Estos son los temas en los que, a nuestro juicio, se requiere una agenda laboral urgente.
a. Revisión de las Indemnizaciones por año de servicio

b. Avanzar hacia Banco de horas

c. Implementar y masificar los mecanismos de trabajo a distancia

d. Flexibilización de jornada, reconociendo las diversidades de las realidades laborales.

e. Revisión de la regulación del descanso dominical

f. Revisar la regulación de los sindicatos, favoreciendo su desarrollo en armonía con los empleadores.

Este gobierno tiene una gran oportunidad de construir los consensos sobre materias que funcionan mal, como la distribución de la jornada, las indemnizaciones por años de servicios, mejorar el acceso al empleo de sectores jóvenes y las mujeres. Lo demostrado en este primer año de gobierno debe ser solo un punto de partida para implementar una agenda laboral mucho más ambiciosa, aquella que precisamente los gobiernos anteriores no se atrevieron a desarrollar y por la cual hoy deben dar las explicaciones. No nos podemos contentar si al final de este gobierno no hemos hecho los cambios fundamentales que permitan de verdad contar con relaciones laborales justas, dinámicas y productivas. No parece aceptable que la jornada de trabajo siga sin siquiera haber avanzado al establecimiento pactado de bancos de horas, o bien el recargo por día domingo trabajado es igual a otro día; o, si el mismo escaso 6% de los trabajadores accede al rígido sistema de indemnizaciones por despido. El sello de esta administración es la visión de futuro y asumir riesgos sobre la base de convicciones políticas y técnicas. En materia laboral no nos podemos quedar atrás y simplemente administrar lo que sabemos funciona mal. Bienvenidas sean la rearticulación del sistema de capacitación o la fiscalización de la seguridad, pero tenemos la convicción de que se puede también avanzar en reformas profundas que nos hagan sentir que contamos con un sistema laboral moderno y eficiente para adecuarse a cualquier estructura productiva y a nuevas formas de contratación.

martes, 8 de marzo de 2011

Una denuncia irresponsable

La decisión del gobierno del Presidente Piñera de ratificar en su cargo a la Intendenta de la Región del Bío Bío es el resultado de una convicción que surge de una investigación ordenada y liderada por el Ministro Hinzpeter. No hay hechos que reprochar en las decisiones que ha tomado la Intendenta en su rol de representante del Presidente en la Región. Por el contrario, son muchas las cosas que reconocer en quien ha conducido la Intendencia en uno de los momentos más difíciles de la historia de Concepción y de la octava región en general.
Desde el primer momento en que se conoció la denuncia de Navarro, el gobierno fue claro en dos puntos: el tenor de las declaraciones de la intendenta no era afortunado, y, por otra parte, se debía indagar las denuncias presentadas por un senador. No correspondía hacer defensas per se ni tampoco ceder a la tentación de enviar al circo romano a una autoridad simplemente porque la oposición pedía su cabeza.
El gobierno lo hizo bien: se hizo cargo de una denuncia, investigó, llegó a una convicción e implementó su decisión, a pesar del clima instalado en la opinión pública, e incluso en partidarios del propio gobierno. El gobierno demostró liderazgo, aún a costa de impopularidad.
La pregunta de fondo –a mi juicio- es cómo queremos que sea la política en nuestro país. ¿De la manera que lo hizo Navarro, o de la manera que lo hizo el gobierno del Presidente Piñera? Lo que hizo Navarro fue hacer una denuncia irresponsable para dañar a una autoridad que puede competir con él por un cupo en el Senado en tres años más. Esa es la verdadera motivación de la denuncia. No son los vecinos del sector la Aurora ni el resguardo del cumplimiento de las normas y políticas del Ministerio de Vivienda –todas las que según la investigación del gobierno han sido respetadas-, lo que preocupa al senador, sino encontrar una forma para enlodar a una autoridad con quien puede competir.
El gobierno, en cambio, optó por el camino de la seriedad y la investigación. Me quedo con esta forma de hacer política.
Quienes tenemos el rol de representantes debemos ejercerlo con responsabilidad. Navarro no lo ha hecho.

Columna Diario El Mercurio, Febrero 2011

lunes, 7 de marzo de 2011

Postnatal: es deseable flexibilidad para todas las mujeres

Diario Financiero 4.03.11

La propuesta de extensión del postnatal cumple con creces el compromiso asumido en el programa de gobierno y en la campaña presidencial.

La propuesta de extensión del postnatal cumple con creces el compromiso asumido en el programa de gobierno y en la campaña presidencial. Para muchas mujeres, se había transformado en un compromiso fundamental de este gobierno, en el anhelo de fortalecer el apego a sus hijos y compatibilizar su realidad laboral con el desarrollo de su familia.



El postnatal es un beneficio para la familia, pero está pensado especialmente para el bienestar de los hijos. Cada día tomamos más conciencia de la relevancia del apego y de la generación de vínculos entre el hijo y la madre en la primera etapa de la infancia. Desde ese punto de vista, la extensión del postnatal es una medida que va en la dirección correcta, tal como se ha hecho en muchos países con mayores niveles de desarrollo. De igual forma, el aumento gradual de la cobertura de postnatal contemplado en el proyecto hacia mujeres trabajadoras que hoy no cuentan con ese beneficio -más niños con postnatal- es una excelente decisión.

Pero junto con fomentar el apego y el desarrollo afectivo de los niños y su vínculo con sus padres, se debe considerar los efectos que una medida como ésta puede tener en materia fiscal y en materia laboral. Desde el punto de vista de los recursos públicos, este proyecto implica un esfuerzo importante, en el cual vale la pena invertir, y cuyos costos se pueden compensar con una reducción de muchas de las licencias irregulares que hoy se utilizan para extender artificialmente el postnatal. Para ello ya se está trabajando tanto en el Ejecutivo como en el Congreso. Adicionalmente, parece correcto el límite de 30 UF de cobertura para los últimos 3 meses del postnatal. En Chile cerca del 83% de las mujeres que se beneficiarían de la extensión del postnatal tienen ingresos iguales o inferiores a 30 UF. Subir el límite implica un costo fiscal enorme, y no focaliza el apoyo en los quienes más lo necesitan.

En materia laboral, el debate legislativo sobre la extensión del postnatal será muy importante. Chile tiene una baja participación laboral femenina, especialmente en las mujeres más pobres, y el desafío es aumentarla, pues su crecimiento es un vehículo importante de superación de la pobreza y de desarrollo para la clase media. Por ello, creo que la irrenunciabilidad pensada para los cuatro quintiles más pobres debiera ser reemplazada por voluntariedad para todas las mujeres, no sólo para un grupo como está contemplado en la iniciativa del Ejecutivo. 
Si bien pueden existir asimetrías de poder en la relación laboral para las mujeres más vulnerables, que fundamenten el concepto de irrenunciabilidad, pareciera que el remedio podría ser peor que la enfermedad, dificultando el acceso al trabajo de las mujeres más pobres, y eventualmente afectando los salarios de las mujeres de mayores ingresos. 
Por ello, es de esperar que avancemos hacia un postnatal flexible para todas las mujeres, con medidas que resguarden a las trabajadoras más vulnerables ante eventuales abusos por parte de los empleadores. La posibilidad de fomentar reintegro parcial para todas las mujeres, modalidades de teletrabajo o trabajo a distancia, entre otras, pueden ayudar a generar mayor flexibilidad y mayores oportunidades para que las madres puedan optar por mecanismos de conciliación compatibles con su realidad e intereses.

El postnatal es un proyecto importante y muy positivo, y en el debate que viene debemos ser capaces de compatibilizar de buena forma el desarrollo de hijos y madres, con el cuidado de las oportunidades de acceso al trabajo.