viernes, 14 de mayo de 2010

El desafío de convocar a los jóvenes al Gobierno

Columna Diario Financiero
16.10.2009

Después de 20 años de gobiernos de la Concertación, existen altas probabilidades que la Alianza por Chile gobierne a partir de marzo de 2010 bajo el liderazgo de Sebastián Puñera. Para que el cambio verdaderamente llegue, Sebastián Piñera tiene el desafío de convocar a una nueva generación que sea capaz de implementar una nueva forma de gobernar.

Quienes participaron del gobierno militar aún recuerdan y transmiten las transformaciones llevadas a cabo por profesionales jóvenes que poco o nada tenían que ver con la política hasta ese momento. A los 29 años, José Piñera era nombrado ministro del Trabajo y Previsión Social y sería el responsable del sistema de AFP y del advenimiento de un sistema privado de salud (Isapres), entre otras reformas. El caso de Miguel Kast también es un buen ejemplo: a los 26 años llega a Odeplan, a los 29 es nombrado ministro en esa cartera, a los 31 sucede a José Piñera en el Ministerio del Trabajo y Previsión Social y a los 33 años es nombrado presidente del Banco Central.

Al llegar la Concertación al poder en 1990 no sólo vuelven al escenario político antiguas figuras públicas, sino que desembarcan en el gobierno cientos de jóvenes ilusionados con aportar en el nuevo gobierno democrático de Patricio Aylwin. Esta nueva fuerza le permitiría a la Concertación transformarse en una coalición política exitosa capaz de elegir cuatro gobiernos consecutivos.

Pero así como acertaron en la fórmula que les ha permitido gobernar durante 20 años, no supieron renovar las caras que le dieran un nuevo impulso para mantenerse en el poder. De este modo, con Eduardo Frei a la cabeza, la Concertación se halla no sólo en la difícil situación de intentar derrotar a Sebastián Piñera, sino que debe luchar contra el fantasma de Enríquez-Ominami que está ahí para recordarles día a día que no supieron leer las aspiraciones de renovación política que hoy tienen los chilenos.

Llegó la hora de la alternancia y de una nueva forma de gobernar.

El nuevo gobierno tendrá que hacerse cargo de un país azotado por la crisis económica mundial actual. Tendrá el desafío de ocuparse de la calidad de la educación, toda vez que el problema de cobertura ha sido superado. Tendrá la oportunidad de hacer profundas reformas que generen más empleo, que impulsen a las PYMES, que generen más competencia. Y así hay muchos otros desafíos, como los temas energéticos, medioambientales, la eficiencia del Estado, el sistema de salud o el combate a la delincuencia.

Como se puede apreciar, los desafíos son muchos y se requieren muchos jóvenes preparados y vocación de servicio. Sebastián Piñera tendrá el desafío no sólo de incorporar a su gobierno a muchas personas que hoy no están en lo público, sino que tendrá que motivar a los mejores. Los nuevos desafíos no sólo son importantes, sino que en un gobierno de cuatro años todo se vuelve urgente.

Será en la gente joven en donde Sebastián Piñera hallará la disposición necesaria para tener un gobierno exitoso. Será en esos profesionales, gente preparada, en donde está la clave para transformar el país. Es por eso que la primera tarea de Sebastián Piñera será invitar a soñar, tendrá que saber motivar y transmitir la energía necesaria para que los mejores decidan abandonar su legítima aspiración a desarrollarse en el mundo privado por un proyecto que los convenza y los convoque.

Sebastián Piñera tiene ahora la palabra.

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