viernes, 14 de mayo de 2010

De la tarea de gastar a la tarea de producir

Columna Diario Financiero

05.02.2010

Una de los cambios más relevantes que se puede esperar del gobierno de Sebastián Piñera es el tránsito de un gobierno que ha puesto el foco en el gasto a un gobierno que pone el foco en la generación de valor y de ingreso.

Sin duda el último gobierno de la Concertación hizo un esfuerzo importante por extender el manto de protección social, por una parte, en materias que antes no estaban contempladas, y, por otra parte, a grupos de la población que no siempre eran beneficiarios de la política social.

En la mayor parte de sus prioridades, el gobierno de la Presidenta Bachelet se dedicó a gastar, tal como lo demuestra el fuerte aumento del gasto público durante su mandato. Ello fue posible en parte por los altos ingresos del cobre y en parte por una administración razonablemente conservadora de las cuentas fiscales.

Esta estrategia es consistente con una mirada de la sociedad que ha puesto el foco en los derechos sociales de las personas, y el acceso a beneficios por parte del Estado. Sin embargo, una mirada como ésta se hace difícil de sostener en el tiempo, si no existe un enfoque que busque permanente y sistemáticamente la generación de nuevas oportunidades, de mayores emprendimientos, y, en general, de mayor riqueza de las personas y de la sociedad en general.

Mucho se ha discutido en las últimas semanas acerca de la estrategia social del gobierno de Sebastián Piñera. Se ha intentado instalar dudas acerca de la relevancia que el Presidente le dará a la red de protección social.

Me parece que la discusión ha equivocado el foco. La discusión no consiste en determinar cuántas personas deben ser beneficiadas por la red de protección social, sino más bien qué podemos hacer para que en el tiempo sean cada vez menos las personas que necesiten de esa red de protección social porque como consecuencia de nuevas oportunidades han sido capaces de construir un desarrollo más autónomo. En el fondo, apoyar tanto el periodo de carencia a través de la red de protección social, como promover las condiciones más permanentes que permitan generar el desarrollo gradual y autónomo de las personas.

La meta del país debe ser que cada vez menos personas requieran ser parte de la red de protección social. Solo a modo de ejemplo, si tuviéramos tasas de ocupación similares a las tasas de ocupación de los países de la OCDE, habría cerca de un millón de personas más trabajando en Chile.

La realidad chilena hoy no se entiende sin la red de protección social que se ha instalado en los últimos años, pero tampoco se entiende esta red de protección sin un esfuerzo sistemático y profundo por generar nuevas oportunidades y desarrollos desde los individuos.

A mi juicio, es aquí donde se encuentra uno de los grandes desafíos y oportunidades del gobierno que pronto comienza. Chile necesita crecer, generar más trabajo, más emprendimientos, alcanzar mayores niveles de productividad y eficiencia en el trabajo. De hecho en los últimos años mientras el gasto público ha aumentado, la productividad ha disminuido año a año. Ese es el gran desafío para lograr otorgar más oportunidades de desarrollo a las personas y a sus familias.

Dado que los gobiernos de la Concertación, y especialmente el de la Presidenta Bachelet, han puesto un foco especial en el gasto y la distribución de beneficios sociales, la tarea que tiene por delante el gobierno de Sebastián Piñera es desafiante y exigente: ser capaz de mantener una red de cuidado y protección social, pero acompañada de un esfuerzo prioritario por generar trabajo, oportunidades y productividad.

En esta línea, veremos un tránsito de un gobierno de ilusión, distribución y gasto, a un gobierno de gran responsabilidad por el desarrollo de nuestro país hacia el futuro, generando condiciones más permanentes para el crecimiento de las personas y sus familias en un Chile de oportunidades y que es capaz de acoger.


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